Decía el profesor Luis Aguilar León, citando a Enrique José Varona, que los cubanos eran tan hiperbólicos que a cualquier escaramuza de las guerras de independencia le llamaban gesta o epopeya (sustantivos que, además de su sentido específico en la poesía épica o heroica, se usan para referirse a hechos históricos 'gloriosos o memorables'). Varona no podía tener entonces la menor idea del grado de ridiculez que alcanzaría esa manía ponderativa un siglo después. Hace unos días, los medios oficiales de la Isla hacían el ridículo calificando de epopeya del 5 de septiembre a lo que solo fue un levantamiento militar fallido en la ciudad de Cienfuegos, Cuba, en 1957, contra la anterior dictadura cubana.
Esa intoxicación informativa parece haber surtido efecto. Algunos comunicadores del exilio, críticos del castrismo, les siguen llamando epopeya a los tiroteos y refriegas de la Sierra Maestra; y gesta, al desembarco de los expedicionarios del yate Granma, cuando en realidad esta embarcación encalló y los héroes de dicha 'hazaña memorable' salieron huyendo a la desbandada.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
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